sábado, 30 de abril de 2016

Sobre el terremoto Ecuador 16/04/2016

En estos días he palpado lo vulnerables que somos ante la naturaleza.
Ver sueños derrumbados y brazos caídos sin ganas de continuar.
También está la gente luchadora, y son la mayoría, que enfrentan su miedo para seguir adelante.
He sentido sueño y hambre, necesidad de una ducha y un lugar para pasar la noche.
He conocido lo que queda de ciudades donde viven hermanos.
Comprendí la solidaridad y humildad en su máximo nivel.
Me quedó claro que nadie tiene la vida asegurada.
Esto me lleva a agradecer más por todo lo que Dios me ha dado. Gozar de mis sentidos para contemplar este paraíso.
Estar sano y con el ánimo para trabajar por nuestra Tierra y sus hijos.
Agradecer que puedo acceder a una cama, una bebida o un plato de comida.
Lo que me resta...lo que me resta es amar, abrazar y besar a mi familia cada día, pues no se cuándo será la última vez.